Seguidores

miércoles, 18 de enero de 2012

3MSC

Fuera de mi ventana sólo veo coches veloces, motos alocadas, que dejan el tráfico atrás. He aprendido una pequeña verdad, el mundo te quiere rápido para que llegues a tiempo. Te quiere veloz para recordar sólo el sonido de tus pasos y es por eso que cuando te acuerdas que no vas a ningún lado y aceleras. 

De algo estoy seguro
No podrá quererla como la quería yo, no podrá adorarla de ese modo, no sabrá advertir hasta el menor de sus dulces movimientos, de aquellos gestos imperceptibles de su cara. 
Es como si sólo a mí se me hubiera sido concedida la facultad de ver, de conocer el verdadero sabor de sus besos, el color real de sus ojos. 
Nadie podrá ver nunca lo que yo he visto. Y él menos que ninguno. 
Él, incapaz de amarle, incapaz de verle verdaderamente, de entenderla, de respetarla. 
Él no se divertirá con esos tiernos caprichos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario